Eli Akerman H. Rosh Hadraja Kineret B’Colombia

Iom Kipur es el día más santo del judaísmo, día del arrepentimiento y del perdón. En esta
fecha tan especial, judíos de alrededor del mundo ayunan por un día completo, algunos
pasando el día en las sinagogas, otros en algún lugar especial que favorezca el ambiente de
introspección y reflexión personal. Este día llega después de 10 días de arrepentimiento,
en los que muchos rezan y reflexionan de manera muy profunda. Sin embargo, a mi modo
de ver, no se trata únicamente de rezar, sino de entender las acciones que estuvimos
haciendo a lo largo del año y renovar nuestro compromiso de mejorar. Empezar el “Año
Nuevo” con la conciencia limpia es muy importante. De esta manera uno refresca sus
energías e inicia el año intentando alcanzar una mejor versión de sí mismo, ya sea como
judío, miembro de la Tnuá, ciudadano, o, en otras palabras: como ser humano.

Ahora bien, el cambio y arrepentimiento no viene en un único sentido, sino que se puede
trabajar para realizar un cambio de muchas maneras. En mi experiencia personal, durante
el tiempo de reflexionar en Iom Kipur, he llegado a diferentes conclusiones. Desde buscar
la mejor manera para tratar de ser una mejor persona y hacer el bien a quienes me rodean,
hasta entender cómo puedo cambiar actitudes negativas que me han afectado. Este año
entendí un concepto diferente. A través de la reflexión, empecé a buscar cuál sería la
mejor manera para un cambio real, no solo para mí sino para todos. De esta manera
encontré el valor de la unidad. El valor de ser un pueblo unido.

La realidad es que el pueblo judío no ha sobrevivido más de 3000 años por suerte, sino
porque ha trabajado en mantener la unidad. A mi criterio, la unidad ha sido el valor de
mayor peso en la historia de nuestro pueblo, dándonos de esta manera la base para generar
valores para una sociedad y vida mejor. Es el momento de hacer un compromiso por la
unidad, y de no dejarla ir. Es necesario entender que, aunque sea un concepto muy
antiguo no significa que debemos parar de utilizarlo. Al revés, este es el momento de
unirnos más. En esta época de antisemitismo moderno y de amenaza a nuestro Estado, es
el momento de encontrar la unidad, de comprometernos a unirnos.

La mejor manera de generar un cambio es permanecer juntos y entender que funcionamos
mejor de esa manera. La unidad nos dará las mejores herramientas para hacer un cambio
hacia el bien a grandes escalas, un cambio real. La unidad nos dará el valor para seguir
tomando el camino de la verdad, del perdón y de la cooperación. Incluso si nos atacan,
seguiremos adelante, porque lo haremos juntos. Creo que estos mensajes son los que
debemos transmitir en la Tnuá para que nuestros janijim crezcan siendo parte integra de
esta milenaria cadena de generaciones y logren en el futuro abrazar y unir a las
generaciones por venir.

Si quieren llegar rápido, vayan solos. Si quieren llegar lejos, este año y los que vendrán,
vayamos unidos.

Gmar Jatima Tova!

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