Por: Gabriel Cojuc, Rosh Jinuj Hanoar Hatzioni B’Mexico
«En Israel, para ser realista debes creer en los milagros” David Ben Gurion.
La Independencia de Israel representa la culminación de un sueño, como decía Neftalí
 Herz Imber, de “la esperanza de 2000 años». Sin embargo, el 5 de Iyar del año 5708, más
 que terminar con el sueño e ideal sionista, éste se fortaleció de manera formidable.
 Nuestra independencia representa ser libres, tanto en cuerpo como en mente. El hecho de
 ser independientes nos confiere responsabilidad por nuestras propias decisiones, pero
 también por el presente y futuro de nuestro pueblo. Nuestra independencia es el punto
 clave en el cual se determina el comienzo de una nueva etapa. Es mucho más que un
 simple reconocimiento político, ésta salvaguarda nuestra esencia. Nuestra independencia
 otorga pertenencia, autonomía y verdadera importancia, nos da la oportunidad de decidir,
 de continuar con el legado de nuestros antepasados.
La Independencia del Estado de Israel, o mejor dicho, la independencia de Am Israel, es
 más que una efeméride, es el resultado de la lucha por la identidad y la vida judía. Medinat
 Israel ha sido, es y seguirá siendo, el hogar nacional del pueblo judío, el cual, con menos
 de un siglo de existir en su modalidad actual, ha brindado resguardo y orgullo a millones
 de seres humanos. 
“En Israel nació la ejemplar creación nacional, que sirve de cimiento histórico, cultural y
 religioso para nuestro pueblo – el Tanaj. Sólo en Israel es posible el proceso de acrisolar a
 las esparcidas tribus de nuestro pueblo y sólo aquí florece y se desarrolla nuestra lengua
 nacional, el Ivrit (el idioma hebreo)” Darkenu, pág. 13
Es nuestra responsabilidad, como jóvenes sionistas, pertenecientes al Pueblo de Israel,
mantener vivo el ideal y el sueño originado desde épocas bíblicas, comprendiendo que, al
ser un país en gestación, su futuro está en nuestras manos.
Lamrot Hakol, Am Israel Jai. Jazak Ve’ematz.
 
				








