Por: Mato Wexler

Purim es quizás la festividad más alegre en el calendario judío, en Israel y en el mundo, los judíos se disfrazan, llenan de colores las ciudades, comunidades y los kenim. Son días de fiesta y sobre todo alegría. En Israel la gente va disfrazada a su espacio de trabajo, hay desfiles en las calles, los vecinos, compañeros de estudio o trabajo, amigos y familias intercambian mishlojei manot. ¿Y qué celebramos? Básicamente lo que celebramos en la mayoría de nuestras festividades, que seguimos vivos como pueblo, que no nos vencieron y podemos celebrar la continuidad del pueblo judío. La festividad de Purim es una tradición que judíos laicos y religiosos sin importar de que corriente son celebran de la misma forma.

Sin embargo, este Purim que está por comenzar, nos exige pensar y observar las cosas de manera diferente, desde el 7 de octubre de 2023 la sociedad israelí y el pueblo judío estamos transitando por un momento de extrema complejidad. Los números que representan civiles y soldados muertos, personas secuestradas en Gaza, familias destruidas por la pérdida de sus más queridos o por la desesperación de tener a sus seres queridos secuestrados, múltiples ataques antisemitas, manifestaciones de odio a judíos e Israel y millones de seres humanos que compartimos la angustia y el dolor.

En este Purim nos preguntamos si está bien celebrar y estar feliz porque por un lado, es parte de la tradición, pero por otro lado cómo estar feliz cuando estamos rodeados de tanto dolor y angustia.

El dilema es complejo, creo que las tradiciones son importantes para la identidad de un pueblo y celebrar es legítimo, incluso necesario. Pero considero que en general, pero en este Purim en particular, no debemos celebrar solo por que es Purim, solo por el hecho de celebrar. Sino que debemos pensar por qué celebrar, por quién celebrar y quiénes somos.

A veces utilizar un ¨disfraz¨ tiene como objetivo ocultar y proteger y en otros contextos es un elemento para celebrar y símbolo de felicidad.

En el ultimo tiempo, sin ser Purim, muchos transitamos por la vida con una máscara. Utilizamos una máscara para no mostrar lo que sentimos, lo que pensamos, para ocultar nuestros miedos, enojos y un sinfín más de sentimientos y pensamientos para poder protegernos a nosotros y también a nuestro entorno, nuestros hijos, nuestras familias, amigos, etc.

También conozco muchos casos en los que utilizamos máscaras para ocultar quiénes somos, hay judíos en el mundo que se sienten amenazados y prefieren ocultar su identidad judía para protegerse y proteger a su entorno.

La pregunta de identidad y quiénes somos, en este Purim especialmente, considero que es obligatoria. Pienso que es necesario para poder celebrar en estos días, primero intentar quitarnos las máscaras, mirarnos y entender que lo que nos está pasando en el último tiempo también es parte de nuestra identidad como judíos, el horror que vivimos como sociedad y como pueblo es parte de nuestra de nuestra historia.

Pienso que en este Purim no solo debemos celebrar por lo que pasó o no pasó según la Meguilat Esther, sino que debemos celebrar por lo que pueda pasar y por lo que podemos ser desde nuestra identidad judía. Celebrar reclamando que los mas de 100 secuestrados en Gaza regresen, celebrar reclamando que las familias que tuvieron que dejar sus hogares puedan regresas pronto a sus casas, celebrar reclamando que tanta muerte y dolor no sea en vano. Celebremos para juntos como sociedad y pueblo podamos construir puentes que nos unen desde las diferencias.

Que este Purim sea una oportunidad para reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno, que los disfraces sean para celebrar sin olvidarnos la responsabilidad que tenemos de continuar construyendo nuestra identidad, nuestra sociedad y nuestro pueblo.

Jag Purim Sameaj.

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